El Real Madrid quedó emparejado con el Schalke alemán, equipo ante el que espera superar sus malas experiencias con los alemanes. Los de Gelsenkirchen se encuentran lejos de aquel equipo que alcanzó las semifinales en 2011 liderados por Raúl, vínculo emocional entre ambos clubes desde que cambió la camiseta blanca por la azul.
El Schalke era uno de los rivales más asequibles en el bombo para el Real Madrid junto con el Zenit de San Petersburgo. El sorteo determinó finalmente que serían los alemanes los que se cruzarán con los blancos en octavos de final de la Champions League y hay muy pocas esperanzas de que den una sorpresa ante el gigante blanco.
En el banquillo ya no está Felix Magath ni sobre el césped los españoles Raúl y Jurado, pero el Schalke sigue fiel a su cita anual con la Champions League desde que tocara techo en la temporada 2010/11, donde alcanzó las semifinales y solo elManchester United pudo detener el avance de los mineros, que en aquel momento contaban con Manuel Neuer bajo palos, hoy portero del Bayern considerado como uno de los mejores del planeta.
Jens Keller es en la actualidad el preparador del Schalke, que lucha por situarse en los puestos que dan acceso a zona europea en la Bundesliga. La espectacularidad no es una de sus señas de identidad, pero la presencia de Kevin-Prince Boateng en la punta de ataque cubre la cuota mediática perdida en su momento tras la marcha de Raúl al Al Sadd catarí. Junto al ghanés empiezan a despuntar dos perlas del fútbol alemán con todo el futuro por delante y media Europa asombrada con cada aparición suya: Julian Draxler y Max Meyer.
Draxler, con 20 años recién cumplidos, ya está en las agendas de los principales equipos del continente. Crecido bajo el ala protectora de Raúl, su progresión ha sido constante y ya ejerce como uno de los pesos pesados del vestuario en el Arena AufSchalke. Meyer es la última sensación de laBundesliga y ya suma ocho partidos en la máxima competición continental, aprovechando cada oportunidad que Keller le da. La simple idea de jugar en el Bernabéu, un escenario admirado y envidiado por todos los futbolistas del planeta, puede servir como acicate extra para dos jugadores que tienen todo el futuro por delante.
En la portería estará un viejo conocido del Real Madrid, Timo Hildebrand, que cuajó uno de sus mejores partidos en la Liga española contra los blancos cuando defendió la portería del Valencia. Veterano con mil batallas sobre sus espaldas, no ha sido precisamente un ejemplo de regularidad, protagonizando el error más flagrante ante los delanteros en lo que va de Champions League ante la presión de Samuel Eto’o.
Para poner músculo en el centro del campo e intentar evitar la creación de juego por parte de Modric, Isco y compañía estará el doble pivote formado por Jermaine Jones y Roman Neustädter, posiblemente lo más sólido y regular que presenta el Schalke en todo el terreno de juego. El Real Madrid tendrá que prestar también especial atención a las subidas de Atsuto Uchida por la banda derecha , ya que el japonés es uno de sus principales activos ofensivos cuando el peruano Farfán necesita ayuda. Todos estos factores del Schalke, no obstante, no deberían causar problemas al equipo que ha ido evolucionando día tras día Carlo Ancelotti desde su llegada, cada vez más engrasada y con el objetivo de la Décima en el horizonte.
