Iker Casillas sufrió un duro golpe con su compañero Casemiro en los minutos finales del partido ante el Olímpic de Xátiva y pudo caer lesionado, como ya le pasara en la Copa del año pasado ante el Valencia o recientemente en Champions League contra el Galatasaray.
"Esperemos que sólo sea un golpe” dijo Emilio Butragueñotras la finalización del partido de vuelta de dieciseisavos de final deCopa del Rey entre el Real Madrid y el Olímpic de Xàtiva, refiriéndose al tremendo golpe que se dieron Iker Casillas y el joven Casemiro. Minutos antes de la conclusión del choque y en una acción fortuita, el portero y capitán del Real Madrid saltó para atrapar un balón aéreo y chocó con el centrocampista brasileño.
El choque fue duro, y ambos se quedaron tendidos en el suelo con evidentes gestos de dolor. Especialmente el portero, quien se quejó de un hombro y de su zona lumbar. La afición del Santiago Bernabéu y sus propios compañeros se temieron lo peor: Una nueva lesión de Iker Casillas.
Afortunadamente y pese a los gritos de dolor pudo continuar el partido tras ser atendido por los servicios médicos de su equipo y aparentemente todo quedó en un susto a falta de que este jueves le sean realizadas más pruebas para detectar si realmente padece alguna lesión.
Tras el partido y en sus primeras declaraciones, mandó un mensaje esperanzador y cree que no habrá ninguna lesión: "Ha sido una caída fea, pero estoy bien. Supongo que en las próximas horas estaré mejor".
Gafado con los choques
Está claro que en los últimos tiempos Iker Casillas no tiene suerte en este tipo de acciones, ya que su leyenda negra empezó en el partido de vuelta de cuartos de final de la pasada Copa del Rey contra el Valencia, cuando se llevó en la mano una patada involuntaria de Álvaro Arbeloa que le fracturó un hueso y sirvió de excusa a Jose Mourinho para fichar a Diego López y quitarle de forma definitiva la titularidad.
Pero esta temporada y con Carlo Ancelotti en el banquillo, y cuando la recuperó parcialmente en Champions League, en el primer partido ante el Galatasaray en Estambul tuvo que retirarse del terreno de juego a los pocos minutos por un codazo involuntario de Sergio Ramos que le fisuró una costilla.