Pero la historia de hoy va más allá del fútbol. José fue el único jugador ausente de la gran fiesta que los jugadores del modesto equipo setabense celebraron en la capital al acabar el partido. En el salón privado de Casa Lucio no estaba el pequeño lateral entre el resto de compañeros. No se había enfadado con nadie ni estaba cansado, simplemente tenía que trabajar al día siguiente... a 360 kilómetros de distancia.
José no se quedó a la fiesta porque tenía que bajar a toda velocidad a la ciudad del Turia junto a su tío para abrir la parada del Mercado del Canbanyal a primera hora, justo después de ir a por género. Al acabar el encuentro se fotografió con todos sus ídolos. Lo hizo con Marcelo, con Zidane, con el propio Florentino y tras el pertinente chapuzón en el jacuzzi pidió permiso al entrenador para regresar por su cuenta a Valencia.
Se subió al coche y pasadas las cinco de la mañana llegaba a su casa. Dos horas de sueño mal contadas y el despertador a todo volumen.
La calabaza sustituía ya a la carroza. Con el regusto del partido del Bernabéu aún en su boca y sin poder darle una ojeada a los diarios, el lateral se enfundó los vaqueros y se marchó al mercado a por género. Setas, pimientos, berenjenas y calabacines sustituían al glamour de hacía unas pocas horas.
Peris, cerraba el ciclo de un sueño que empezó cuando el sorteo les emparejó al Madrid y días después se vio en la portada del MARCA. «Esta es nuestra rutina diaria y no hay que olvidarla», comentaba mientras hacía un alto y se marchaba definitivamente a descansar tras la paliza. Hoy volverá a los entrenamientos con el resto del equipo para preparar el choque ante el Hospitalet. Ninguno podrá olvidar esta experiencia que además de hacerles disfrutar del fútbol ha puesto en el mercado a más de uno. Pero esta vez en el mercado de fichajes que en el del Cabanyal estará siempre.
Florentino, Rey Mago
La plantilla del Olímpic nunca olvidará el detalle que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, tuvo con ellos. Cuando el árbitro pitó el fin del partido la caza de camisetas blancas fue total. Di María, Jesé, Morata, Iker... todos los jugadores setabenses se apresuraron en intentar conseguir alguna de las camisetas de sus ídolos. Evidentemente no hubo para todos, ya que, los compromisos de los jugadores blancos son interminables cada encuentro. Pero Florentino lo tenía todo previsto.
La plantilla del Olímpic nunca olvidará el detalle que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, tuvo con ellos. Cuando el árbitro pitó el fin del partido la caza de camisetas blancas fue total. Di María, Jesé, Morata, Iker... todos los jugadores setabenses se apresuraron en intentar conseguir alguna de las camisetas de sus ídolos. Evidentemente no hubo para todos, ya que, los compromisos de los jugadores blancos son interminables cada encuentro. Pero Florentino lo tenía todo previsto.
El dirigente se personó en el vestuario visitante con 50 camisetas del Madrid. Sin duda fue el mejor colofón al sueño del Olímpic.
