El futbolista estrella de la plantilla azulgrana acumula ya seis contratos distintos en la entidad culé desde que fuera ascendido al primer equipo. Lionel Messi promedia una renovación de contrato cada 1,4 años, una dinámica que podría estar intentándose cambiar desde una directiva azulgrana que trata de no traer el debate de la ampliación del argentino a la actualidad diaria de Can Barça.
Mientras el propio jugador trata de mantenerse ajeno a los asuntos extradeportivos centrándose exclusivamente en la recuperación de la lesión que le tendrá apartado de los terrenos hasta 2014, Javier Faus, vicepresidente económico del Barcelona, y el propio Tata Martino, entrenador del primer equipo, quien han sacado a relucirla necesidad de cariño que tiene el argentino en una de sus temporadas más complicadas desde que es futbolista azulgrana. Ahora bien, es la económica la única forma de que el cuatro veces Balón de Oro -y candidato a un quinto- se sienta querido por la entidad a la que representa? Todos, esta vez sí, coinciden en responder negativamente a esta cuestión.
Coincidiendo su mal inicio de temporada, asfixiado por las constantes lesiones, con la llegada de un nuevo crack como Neymar a la plantilla azulgrana, es posible que lo único que necesite el argentino este año sea lo único con lo que realmente no ha contado hasta el momento: continuidad. En esta campaña 2013-2014 solo ha podido disputar 16 de 23 encuentros posibles, lo que ha complicado su adaptación al estilo del nuevo entrenador culé a la vez que su conexión con el propio Neymar tarda siempre un poco más de lo previsto en dar por fin frutos definitivos. Los minutos para ambos en un equipo titular y con esto la constatación de que dadie por ahora puede hacerle sombra pueden servir para aumentar la autoestima de un Messi necesitado de esos aplausos tan valiosos cuando uno no pasa por su mejor momento.
Gestos de apoyo
Con el panorama deportivo sin acabar de arrancar, Messi tampoco ha tenido un 2013 demasiado tranquilo fuera de los terrenos de juego. Sus problemas con Hacienda, a pesar de que los propios peritos han concluido que él sería ajeno a los actos delictivos que se le imputaban, le han hecho estar necesitado de apoyo desde todos los estamentos del club, algo que el argentino no podría haber recibido y que podría haber enfriado en cierta manera su relación con la directiva azulgrana, que trata ahora de evitar todos los rumores sobre una repentina salida del equipo del astro culé.
Renovación, ¿Solución?
Centrado el foco de atención sobre la necesidad o no de una renovación de Messi tras las palabras de Javier Faus, la idoneidad de alargar una vez más el contrato del delantero sobrevuela la actualidad en Can Barça, aunque lo cierto es que con contrato en vigor hasta 2018, cláusula de rescisión de 250 millones y un sueldo, aunque no público, superior a la decena de millones de euros, una mejora de sus condiciones salariales no tendría necesariamente que mejorar el estado de ánimo del argentino, que promedia una renovación de contrado cada 1,4 años desde que subió al primer equipo azulgrana.
Es cierto que su penúltima renovación llegó en 2009 justo con la llegada de Zlatan Ibrahimovic al Barça con la posibilidad de que este le hiciera sombra en el equipo, por lo que podría repetirse el caso de un aumento de sueldo por la llegada de otro crack como Neymar al equipo, aunque el propio jugador brasileño se ha encargado de repetir por activa y por pasiva que llegó al equipo culé para ser siempre el mejor escudero de su compañero y nunca para creerse superior que él. La próxima ampliación, haciendo caso a la media que mantienen club y jugador, tocaría bien entrado el 2014, año y medio después de su vigente revisión de contrato, que fue ampliado tres años después de que se le impusiera su actual cláusula de 250 millones de euros.
¿Necesita Messi una ampliación de contrato? Por el historial de hasta seis renovaciones no parece que en el momento actual sea necesario revisar las condiciones salariales del argentino, tal y como dice el vicepresidente económico del Barça. Y es que dicen que el dinero no compra la felicidad, y eso es lo que más necesita ahora el cuatro veces mejor jugador del mundo que pasa por uno de sus momentos más oscuros con la necesidad de reinventarse para seguir reinando en un mundo en el que competir en el campo sigue siendo la mejor razón para hacerlo en un despacho donde mejorar las condiciones salariales.