Con Villas-Boas destituido, Aitor Karanka sin obtener buenos resultados en el Middlesbrough y Steve Clarke recientemente cesado del West Bromwich, estos tres entrenadores que se han formado bajo las órdenes de Jose Mourinho no acaban de encontrar la tecla del éxito en sus respectivas carreras en solitario.
La reciente destitución de André Villas-Boas del Tottenhamconstata un nuevo fracaso del entrenador portugués en laPremier League. El que fuera uno de los ayudantes principales deJose Mourinho en su etapa en el Inter de Milán saboreó el éxito con el Oporto, pero en su asalto a un club, a un campeonato y a unos objetivos más exigentes no ha podido estar a la altura al salir mal parado del club londinense y, anteriormente, del Chelsea, donde también fue despedido por malos resultados.
Su salida del Tottenham se produjo días antes de que el Chelsea fuera eliminado de la copa de la liga inglesa por el colista de la Premier League, evidenciando la irregularidad de juego y resultados que está dejando Jose Mourinho en su vuelta el equipo ‘blue’. Y, casualmente, también ha coincidido con la llegada de Aitor Karanka el pasado mes de noviembre al banquillo del Middlesbrough, en la que está siendo su primera experiencia como entrenador principal de un club.
Los números del que fuera segundo entrenador del Real Madrid durante la era Jose Mourinho no invitan al optimismo, ya que el ‘Boro’ (nombre por el que es popularmente conocido el Middlesbrough) es de solo una victoria, un empate y tres derrotas que le están dejando en una delicada situación.
Pero en esta llamada ‘escuela Mourinho’ recientemente también se quedó sin trabajo Steve Clarke, otro de los ayudantes de campo del portugués en su primera etapa en el Chelsea. El West Bromwich Albion le destituyó hace apenas unos días también por malos resultados, en la que también estaba siendo su primera experiencia como entrenador principal y no como asistente, donde sí atesoró una extensa carrera en otros clubes como Newcastle, West Ham o Liverpool.
Villas-Boas, el peor parado
Especialmente llamativo es el caso del joven técnico portugués, quien parecía destinado a ser el heredero natural de Jose Mourinho en la elite de entrenadores del fútbol mundial. Aunque es de sobra conocido que no guardan una gran relación personal, el triplete que ganó con el Oporto en la temporada 2010-2011 le catapultó hacia una prometedora carrera.
Semanas después de esta gran éxito fue fichado por el Chelsea para ser el sustituto de Carlo Ancelotti en el banquillo londinense. Cuestionado por los resultados desde su aterrizaje en Londres y señalado por pesos pesados del equipo como Lampard o Essien, en febrero de 2012 fue cesado y sustituido por Roberto Di Matteo, técnico con el que casualmente este club ganó su primera Champins League al derrotar al Bayern en la final celebrada en Múnich.
Pese a este aparente fracaso, el caché de Villas-Boas no decayó y estuvo cerca de convertirse en técnico del Inter de Milan, club donde fue por última vez ayudante de Jose Mourinho. Acabó firmando por el Tottenham Hotspurs y la pasada temporada fue incapaz de clasificar al equipo para la Champions League pese a contar con el mejor Gareth Bale.
También estuvo en las quinielas para sustituir a Tito Vilanova cuando tuvo que abandonar el Barça el pasado verano. Pero su gestión al frente del Tottenham y pese al gran número de refuerzos tras la venta de Gareth Bale el técnico portugués no ha sido capaz de dotar al equipo del norte de Londres de un estilo de juego y de un nivel aceptable de competitividad para tratar de tú a tú a los grandes del campeonato. Especialmente dolorosas fueron los seis goles encajados a manos del Manchester City y el sonrojante 0-5 del Liverpool en White Hart Lane del pasado fin de semana, resultado que le acabó condenando.
Ni Villas-Boas, ni Steve Clarke ni parece que tampoco Aitor Karanka están teniendo fortuna o la dosis necesaria de talento para triunfar en sus carreras sin el amparo de Jose Mourinho. A diferencia de otras ‘escuelas’ de entrenadores que ha dado el fútbol moderno, como la de Johan Cruyff sin ir más lejos, la del técnico portugués parece que no termina de consolidarse.
