14 minutos. Desde las 17:07 de la tarde hasta las 17:21. Ese es el tiempo que el Real Madrid saboreó el campeonato de Liga durante este sábado. Justo el tiempo que pasó entre el primer gol de Cristiano Ronaldo en Riazor, y el primer gol de Luis Suárez en Los Cármenes. A partir de ahí, el club blanco ya nunca más volvió a saborear las mieles del liderato. Insuficientes los 14 minutos. Muchos más de los que el madridismo hubiera imaginado algún tiempo atrás.
El Barcelona goleó al Granada en Los Cármenes, y se coronó campeón. Por segunda vez en la presente temporada. Pues en marzo y abril ya se daba por sentado el alirón culé. Los blancos obligaron al equipo de Luis Enrique a conquistar de nuevo la Liga en mayo. Aun sin visitar Cibeles, pocas pegas se le pueden poner a este Real Madrid. Lo sucedido en las últimas doce jornadas con doce victorias consecutivas fue la propina en esta temporada. El picante. Porque en realidad, el título llevaba en el bolsillo del Barcelona durante mucho tiempo. Justamente, sea como fuere.
Es más, la mejor muestra es que este Madrid de Zinedine Zidane termina la Liga con cuatro puntos más que el Barcelona campeón. Y tras recortar once puntos en ocho de las últimas jornadas. Seguramente la llegada del técnico galo llegó tarde para el Real Madrid. Seis meses tarde, quizás. O por qué no, quizás Carlo Ancelotti nunca hubiera debido salir del banquillo para dejar su lugar a Rafa Benítez. Puestos a elucubrar sobre el pasado, todo vale. Puestos a hacerlo sobre el futuro, no valen ya más elucubraciones. Zidane fue el fichaje de la temporada, y debe serlo también el de la próxima. Sin discusión.
Por cierto, que en el cierre de la Liga, Luis Suárez terminó como Pichichi. Lo intentó todo Cristiano Ronaldo, marcando dos goles ante el Valencia y otros dos ante el Deportivo. Además de otros dos disparos al palo en Riazor. Pero el uruguayo siempre respondió. Con otros cinco goles, concretamente. El ‘7’ del Real Madrid se retiró al descanso con 35 goles en su mochila, sexta temporada seguida con más de treinta tantos en Liga, y más de cincuenta entre todas las competiciones. Impoluto. Máxime, con la primera parte de la temporada que hizo junto a Rafa Benítez. Sin Liga y sin Bota de Oro, pero al final, poco se le puede imputar ni al Real Madrid ni a Cristiano Ronaldo tras la resurrección de 2016.