
Las dos caras visibles de un Leicester que se ha vaciado y ha volado a la contra. Un bloque de hormigón que ha hecho realidad un sueño. Posible lo imposible. Como que el Chelsea pasara de ser campeón a terminar fuera de Europa. O que en la última jornada, en un partido que parecía sin sustancia cuando empezó la temporada, los 'blues' hicieran el pasillo a Claudio Ranieri y a sus jugadores. El Bridge se rindió a su exentrenador y a los 'zorros' con una atronadora ovación. Una foto para la historia.
En el homenaje del Bridge al Leicester, Schmeichel se cansó de sacar manos. Tres 'milagros' casi consecutivos. No pudo detener el penalti que transformó Cesc. Mientras tanto, Vardy corría y buscaba el 'pichichi'. Se ha quedado a uno de los 25 de Kane, el primer máximo realizador de la Premier inglés desde el año 2000. El Chelsea ganaba y quería homenajear a Terry en su posible despedida. No estuvo sobre el césped de corto pero saltó para saludar mientras la grada se entregaba a su capitán. 18 temporadas, más de 700 partidos y 16 títulos lo merecían. El defensa inglés quiere quedarse. El emotivo epílogo a un año decepcionante de los 'blues'. Nunca un club quedó por debajo del séptimo puesto a la temporada siguiente de ser campeón. El conjunto de Hiddink ha terminado décimo. Se quedan fuera de Europa casi dos décadas después. Llega Conte y toca renovarse.
El Leicester se resistía a perder y Drinkwater se inventó un golazo: se hizo espacio y se sacó un latigazo desde lejos. El colofón a una temporada histórica. Ranieri y sus futbolistas se merecen un descanso. Sus piernas han subido montañas y han hecho más kilómetros que nadie. Sólo Arsenal y Liverpool han sido capaces de ganar a los 'foxes' y tumbar a la pizarra de Ranieri. En la historia de la Premier, únicamente el Arsenal de los Invencibles en 2004, el primer Chelsea de Mourinho en 2005 y el Liverpool en 2009 cerraron la temporada con menos de tres derrotas. Números y postales de un año casi irrepetible. Nada volverá a ser lo mismo en Leicester.