El Real Madrid se ha significado en las últimas temporadas por acudir a algo que no se estila tanto en el mundo del fútbol, el pago de un fichaje por un… entrenador. Y es que así ha obrado el club de Concha Espina hasta en tres casos recientes, con el alemán Bernd Schuster, con el chileno Manuel Pellegrini y con el portugués Jose Mourinho.
Ahora, con la más que probable próxima llegada al banquillo de Carlo Ancelotti, el Madrid estaría tratando de evitar volver a pagar una cláusula por la liberación de in técnico, como sí resolvió finalmente abonar en los anteriores casos de Schuster, Pellegrini y Mourinho.
En el caso del técnico italiano, el Madrid le habría hecho llegar, según informó Marca TV, el convencimiento de que tendrá que ser él mismo quien resuelva los cuatro millones de euros que cuesta su libertad con el propio Paris SG. Es decir, que quiere el Madrid acabar con la costumbre de invertir también dinero en entrenadores cuando lo normal es que sólo cuesten su sueldo.
Empezó con Schuster
Schuster fue uno de los primeros en cambiar de club con traspaso de por medio, 425.000 euros de 2007, procedente del Getafe. Después, y tras el paso de Juande Ramos sin cláusula de por medio, le tocó el turno a Manuel Pellegrini, con contrato en vigor con el Villarreal en 2009, razón por la cual la entidad madridista tuvo que afrontar su salida: cuatro millones de euros.
Tras la salida de Pellegrini del Madrid, Florentino Pérez se lanzó a por Jose Mourinho, el técnico más reputado del mundo en 2010, pero, a su vez, todavía vinculado contractualmente al Inter de Milán. La dura negociación con el Inter se saldó con el abono de una importante cantidad para tratarse de un preparador y no de un futbolista: 16 millones, aunque algunas fuentes rebajan el precio final a la mitad, a ocho.
Lo del Madrid con los entrenadores fichados no es un caso único, pero no es lo habitual en el mercado futbolístico. No hay demasiados técnicos que cambien de club con un traspaso de por medio. Un caso, y por dos veces, fue el del español Roberto Martínez, en sus saltos ingleses al Swansea y Wigan, precisamente.