El derbi del Mersey fue un auténtico partidazo: goles, polémica y emoción. Finalmente, empate a tres entre el Everton y el Liverpool en Goodison Park. Por los 'toffees' marcaron Mirallas y Lukaku en dos ocasiones mientras que por los 'reds' anotaron Coutinho, Luis Suárez y Sturridge. El árbitro perdonó la roja a Mirallas por una entrada salvaje al delantero uruguayo.
A partir de ahora, cuando la gente espere un derbi, confiará en que sea como este Everton-Liverpool. El derbi del Mersey fue un auténtico partidazo, uno de los que se recordarán por mucho tiempo. Desde el primer minuto el partido no tuvo freno y en los primeros diez llegaron los dos primeros goles del partido. Coutinho, aprovechando un fallo de la defensa, marcó el 1-0 en el minuto cinco. Respondió inmediatamente Mirallas, que tras un mal despeje de Skrtel estableció el empate.
El tercer tanto fue una obra de arte. Luis Suárez lanzó una falta desde 27 metros y coló el balón en la portería por el único hueco que había: por el espacio que dejó la muralla defensiva y el que había entre el palo y la estirada de Howard.
Salvajada de Mirallas
Las ocasiones siguieron cayendo sin parar. Primero Mignolet salvó un disparo de Ross Barkley y después Mirallas se sacó un tiro que se fue muy cerca de la escuadra izquierda. Las buenas intenciones del belga acabaron cuando se cruzó con Luis Suárez. Al jugador del Everton se le cruzaron los cables y le metió los tacos en la rodilla al uruguayo. Una entrada escalofriante que se quedó en amarilla.
Por fin al descanso los aficionados pudieron respirar. Pasado el entretiempo, el partido siguió con la misma velocidad. Entró Deulofeu al campo y tuvo ocasiones para marcar. Si no lo hizo, fue por la gran intervención de Mignolet, uno de los mejores jugadores del partido.
Tralla final
El guardameta del Liverpool salvó hasta tres ocasiones muy claras del Everton. El que más se vio perjudicado por buen momento de Mignolet fue su compatriota Lukaku. Cuando parecía que ya se iba a desquiciar, pudo al fin batir al guardameta ‘red’. Lo hizo con un remate desde el punto de penalti que sirvió para conseguir el 2-2. Ya con el punto de mira afinado, y en un córner, remató de cabeza para completar la remontada. Goodison Park se vino abajo.
Los de Roberto Martínez habían hecho lo más difícil, pero no consiguieron aguantar el arreón del Liverpool. En una falta lateral, Sturridge remató de cabeza para establecer el definitivo 3-3. Un resultado que sin duda pudo ser más abultado, con todas las ocasiones que hubo. Más goles hubieran sido la guinda, pero nadie los va a reclamar. Porque cuando falta más de media temporada para que termine la Premier, no es una locura decir que este será el mejor partido del año. Más allá de la actuación en este choque, el empate sirve de poco para ambos. Al Liverpool no le vale para alcanzar el liderato y al Everton para llegar a zona de Champions.
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