Gareth Bale falló dos claras ocasiones en el partido contra el Copenhague por no rematar bien de cabeza dos centros que le cayeron al área. El galés no aprovechó su altura ni su poderoso físico para hacer más grande la victoria del Real Madrid en Dinamarca. Volvía a la titularidad y no fue su noche, ya que en los minutos finales falló otro gol cantado.
Gareth Bale rompió su espectacular racha goleadora en este último partido de la fase de grupos de Champions League ante el Copenhague. El jugador galés, que no jugó el pasado sábado ante el Olímpic de Xàtiva en Copa del Rey por unas molestias musculares de última hora, volvió al once inicial de Carlo Ancelotti para cerrar la participación europea del Madrid en este año 2013.
De hecho, suya fue la primera gran ocasión del partido pasados los diez minutos cuando no logró culminar con éxito un cabezazo que remató tras un centro desde la banda derecha.
El Real Madrid empezó a dominar el partido y se sintió cómodo tocando el balón y culminando buenos contragolpes, pero en muy pocos de ellos participó el jugador más caro de la historia del fútbol.
Ya en la segunda parte, Bale falló dos goles casi cantados. El primero fue por volver a rematar mal de cabeza un centro que esta vez cayó desde la izquierda. Sin apenas oposición, el británico desvió demasiado esa pelota y no pudo hacer el 0-3 para su equipo.
En el minuto noventa, y después de que Cristiano Ronaldo fallara un penalti, también pudo hacer el tercero. Esta vez lo tenía más fácil, ya que tan sólo tenía que rematar en el segunda palo una buen pase que le cayó dentro del área.
Es evidente que no fue la noche de Gareth Bale y que rompió una racha que en ausencia deCristiano Ronaldo le estaba encumbrando como líder del Real Madrid, pero también es evidente que debe mejorar en una faceta: Los remates de cabeza. Y eso que de los siete goles que ha marcado en Liga uno fue con la testa y otros dos con su pierna menos buena, la derecha.