Iker no tuvo excesivo trabajo en el partido donde supuestamente se jugaba su titularidad, pero resolvió bien las mejores ocasiones del Sevilla en la primera mitad. Más seguridad, ágil para recoger balones largos y decisivo en el mano a mano y bajo los palos. Ganó con creces el debate.
Iker Casillas se ganó la confianza de Carlo Ancelotti. Jugar de titular en esta Supercopa de Europa había sido interpretado como un ultimátum para el portero y capitán. Si fallaba y seguía con su baja forma, Keylor Navas tendría su oportunidad. Pero con sus intervenciones y con cierta solvencia y seguridad despejó, y nunca mejor dicho, todas las dudas que se habían instalado sobre él.
El Real Madrid ganó con solvencia al Sevilla y no puede decirse que Iker tuviera excesivo trabajo. Pero el que tuvo en la primera parte lo ejecutó a la perfección.
Estuvo rápido para resolver algún desajuste defensivo en los primeros minutos y para atrapar balones largos que buscaban a los delanteros del Sevilla.
Y tras un fallo de Dani Carvajal en defensa,paró bien en el primer palo un durísimo tiro de Vitolo. Envió a córner, bien colocado, la primera gran ocasión del Sevilla.
Minutos más tarde de esta primera acción decisiva también estuvo rapidísimo parasolventar un grave fallo en el despeje de James Rodríguez. Se tiró al suelo para detener el mano a mano Daniel Carriço y evitar de nuevo el que hubiera sido el 0-1 para el Sevilla.
A partir de ahí Iker apenas entró en contacto con el balón porque sus compañeros mantuvieron la posesión del balón y con su dominio apenas concedieron ocasiones al Sevilla. Pero en los minutos finales de partido, el portero y capitán estuvo bien colocado bajo palos para despejar un disparo durísimo del centrocampista polaco Krychowyak. Se cantó el gol sevillista que hubiera servido para recortar distancias y hubieran complicado al Madrid, pero una vez más estuvo en su sitio.
En cualquier caso, Iker Casillas ganó algo más que la Supercopa: Un buen puñado de credibilidad para lo que resta de temporada.