El Barcelona volvió a la senda de la victoria en la que este año es su competición preferida: la Champions League. Los culés vencieron con comodidad al Borussia M'Gladbach (4-0) en un partido sin nada en juego para los locales en cuanto a la clasificación. Sin embargo, más allá de clasificaciones los de Luis Enrique debían recuperar sensaciones tras tres empates consecutivos, dos en la competición doméstica y uno en Copa del Rey.
Las tablas ante Real Sociedad, Hércules y Real Madrid (todas ellas a uno) maximizaron las dudas en la Ciudad Condal. El equipo no respondía y se colocba a seis puntos del liderato en la Liga. Malas noticias y un partido europeo para volver a la senda del triunfo. Lo que no sucede en el torneo de la regularidad sí que ocurre en el torneo continental. El Barcelona marca, golea, disfruta e intimida a los rivales.
El cuadro blaugrana ha marcado nada menos que 20 goles en seis partidos, más de tres de media por encuentro, y sólo ha perdido un choque ante el Manchester City. Se ha quedado a un gol del récord de tantos anotados en la fase de grupos de la Champions League. Leo Messi ha marcado diez de ellos, la mitad, quedándose también a uno del récord marcado por Cristiano Ronaldo el pasado.
La realidad es que el Barcelona sigue intimidando al resto de Europa. No lo hace tanto en la competición de casa, pero sí en la Champions League, donde regresa a los octavos de final un año más como primero de grupo. El torneo más laureado del continente da a los azulgrana una motivación extra que escasea en la Liga. El olfato de gol se disipa en Europa, vuelve la efectivad de los de arriba y vuelven las victorias una tras otra. Intimidando, en febrero habrá que conocer cómo regresa el equipo a su torneo esta campaña.
