El equipo azulgrana se llevó la victoria ante el Manchester City gracias a su apuesta por mantener su filosofía de toque por encima de todo potencial del rival. Con un 68 % de posesión, el Barça maniató al equipo de Manuel Pellegrini por momentos y pese a no gozar de un gran número de oportunidades de gol se fue con una gran ventaja de cara al partido de vuelta.
El de la ida de los octavos de final de Champions League, ante un rival de una categoría como el todopoderoso Manchester City, era, sin lugar a dudas, el encuentro que iba a poner a prueba el proyecto de Tata Martino y la promesa que hizo a principios de temporada de mantener la filosofía que había hecho a triunfar en los últimos años. Consciente de ello, el técnico argentino puso sobre el terreno de juego a sus mejores y más clásicas armas. Messi, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Cesc Fábregas... todos tenían la misión de mantener el balón por encima de todo para tratar de buscar el gol. Funcionó, gracias, principalmente, a la paciencia que tuvo el equipo azulgrana para conseguir su objetivo.
Durante toda la primera parte, que estuvo diferenciada por un pequeño vaivén que equilibró las fuerzas por momentos, el Barça llegó a dar hasta un total de 231 pases en campo contrario. El Manchester CIty, por su parte, se quedó solamente en 78, lo que demuestra que en la lucha en la que se medían dos conjuntos que tienen en el cuidado del balón gran parte de su filosofía, fue el equipo culé el que se fue saliendo con la suya poco a poco. Casi de forma imperceptible, pues su primer tiro a portería llegó pasada la media hora de juego, en el minuto 31, y sin que produjera demasiado sobresalto sobre la meta de Joe Hart.
Al finalizar el encuentro el Barcelona alcanzó un porcentaje de posesión del 68,4 %, mientras que el equipo de Manuel Pellegrini, con un 31,6 %, obtuvo el porcentaje más bajo desde que el chileno se ha hecho con los mandos del conjunto 'citizen'.
Teniendo más tiempo el balón en sus botas, el equipo de Tata Martino tuvo también un mayor porcentaje en pases, lo que le ayudó a disparar en un total de diez ocasiones en busca de conseguir el gol que desequilibrara la contienda. Si bien un penalti a Messi resultó clave, los azulgrana se salieron claramente con la suya. Resistieron a un City que en su propio estadio disparó casi lo mismo teniendo el balón mucho menos, lo que demuestra el gran potencial ofensivo que había logrado desactivar el Barça a base de paciencia.
Gracias a la paciencia mostrada sobre el campo, sin perder en ningún momento los nervios, hace sonreír a Tata Martino, esta vez sí, convencido de que su apuesta ha salido bien. El Barça está ya a un paso de los cuartos de final.