El Liverpool pasó por encima del Arsenal en un partido que ganaba por 4-0 a los veinte minutos de juego y que acabó venciendo por 5-1. Los 'gunners' llegaban a Anfield como líderes pero no pudieron hacer nada ante los dobletes de Skrtel y Sterling y el tanto de Sturridge. El tanto de los londinenses lo consiguió Arteta de penalti.
El Arsenal sufrió en Anfield un término que está de moda últimamente en España, el de ‘ciclogénesis explosiva’, que cambio su naturaleza de la meteorológica a la futbolística. Los ‘gunners’ llegaban a su partido contra el Liverpool como líder pero los locales tardaron 55 segundos en demostrar que esa condición no les imponía. Gerrard colgó una falta desde la derecha y Skrtel remató de cabeza para conseguir el 1-0.
Salió con ganas el central eslovaco, que a los diez minutos consiguió su segundo gol, también de cabeza pero esta vez tras un córner. No le sentó bien a los delanteros del Liverpool que la estrella goleadora fuera un defensa y se pusieron manos a la obra para matar el partido en poco menos de veinte minutos. Primero Sterling finalizó en gol un centro de raso de Henderson y justo cuando se cumplía el minuto veinte, Sturridge recogió un gran pase en largo de Coutinho para no fallar en el mano a mano contra Szczesny y conseguir el 4-0. Tal era la fiesta en Anfield que sonaban hasta ‘olés’.
Más madera
Después de una primera parte en la que el Arsenal no mostró todas las buenas virtudes que ha demostrado hasta ahora, poco tenía que hacer para mejorar la actuación en la segunda parte. Pero el Liverpool tenía el día y siguió contragolpeando y atacando como si el partido todavía no estuviera sentenciado. De esa manera llegó el segundo tanto en el partido de Sterling que se quedó solo frente a Szczesny y tras un mal primer disparo, recogió su propio rechace para completar la ‘manita’.
Arteta fue el único ‘gunner’ que consiguió lanzar una serie de disparos peligrosos y uno de ellos fue el penalti que lanzó y que supuso el 5-1. Con el final del partido, el Arsenal pudo por fin respirar y vuelve a Londres queriendo olvidar cuanto antes el vendaval que le pasó por encima. Para el Liverpool supone colocarse a solo cinco puntos de un liderato que el propio Arsenal podría perder si Chelsea o Manchester City vencen sus partidos.