Getafe es el escenario en el que el Granada comenzó su salvación exprés la temporada pasada. Lo ha sido también de su primera victoria en la presente Liga. Se llevó sensaciones parecidas. Cualquier punto tendrá que sufrirlo hasta el final. Incluso si su rival se deja hacer durante medio partido.
Los equipos modestos nunca pueden renunciar al sacrifico para conseguir sus objetivos. El empeño suele encontrar el premio de la suerte. Al Granada se ofreció en forma de penalti riguroso deVelázquez a El Arabi. Tomó ventaja en el marcador y de paso distrajo a su rival en protestas inútiles al árbitro.
El equipo de Fran Escribá encajó el segundo con el primer gol aún en caliente. Una mala salida de balón, una contra del imparable Success y un error de Guaita en un remate que le fue a las manos. Se le escapó el primer tiempo sin saber cómo ni por dónde afrontar lo que restaba de noche.
El Granada lo tuvo claro. El trivote que formaron Khrin, Rubén Pérez y Javi Márquez resultó infranqueable. Medrán, que debutó como titular en Primera, Lacen y Emi se vieron superados por la constancia de su presión. Pero en la virtud del planteamiento de Sandoval estuvo el pecado que casi le cuesta el empate en los últimos díez minutos. En su banquillo no hubo recambio para dar nuevos bríos a su cansado centro del campo.
La desesperación pudo con el Getafe. Álvaro Vázquez golpeó impotente el césped tras dejar pasar una ocasión en el añadido. Entre los espesos intentos del Getafe sólo un Lafita encontró claridad en un remate que ofreció a los suyos una oportunidad inesperada.