Las Palmas y Levante empataron a cero en un encuentro marcado por el choque de estilos. Los amarillos llevaron la iniciativa todo el partido, pero no fueron capaces de derribar el muro que levantó Lucas Alcaraz, que replegó a sus hombres en campo propio, confiando todo el ataque a alguna acción a balón parado. Al final reparto de puntos para ambos, que estrenan su casillero en la Liga BBVA.
Los dos equipos salieron con un esquema idéntico, pero su mentalidad fue totalmente opuesta. Cinco defensas, tres en el medio y dos delanteros, que sirvieron en el caso de Las Palmas para intentar crear peligro a través de asociaciones en la zona de tres cuartos, y en los granotas, para acabar mutando en dos líneas bien cerradas, sin fisuras, por las que no pudieron transitar cómodos los hombres de Paco Herrera.
Las Palmas dispusó del balón, pero le faltó mordiente para usarlo con veneno. Solo Jonathan Viera se movía bien entre líneas, buscando permanentemente a Araujo con imaginación, pero sin precisión.
El Levante se encontró más cómodo sin el balón, y se lo regaló a Las Palmas. Aguantaron muy seguros los azulgranas esperando atrás, y confiando todo el ataque al balón parado. Muy poco para sacar algo más que un punto.
Araujo tuvo la ocasión más clara en la primera parte, pero su disparo con la zurda se marchó desviado de la portería de Rubén, que tampoco tuvo demasiado trabajo, pero que respondió bien siempre que fue exigido. En la segunda mitad el guión apenas cambió. La oportunidad con más peligro del partido llegó en el descuento, con una chilena de Araujo que a punto estuvo de sorprender a Rubén, pero el intento se marchó fuera.
Sorprendió la actitud del Levante, que en la primera jornada atacó más jugando con diez hombres desde el principio, que hoy con once todo el partido. Al final el punto les sirve a ambos para estrenarse en la clasificación, pero dejando claro que aún queda mucho trabajo por delante.