El Valencia no pudo pasar del empate en casa ante un buen Deportivo y fue víctima del desgaste provocado por la acumulación de partidos en este inicio de temporada. Lucas Pérez adelantó a los gallegos con un golazo y Negredo firmó la reacción antes del descanso. Sin energías ni apenas juego, el equipo de Nuno acabó dando por bueno el reparto de puntos.
No está el Valencia en este comienzo de temporada para permitirse ciertos lujos. Dejar a Parejo y Feghouli en el banquillo, sin duda lo es. Nuno apostó por las rotaciones y eso dio alas a un Deportivo sólido y con argumentos ofensivos. Apoyado en la figura de Lucas, el equipo de Víctor completó un buen partido en Mestalla y pudo incluso salir con mayor renta rumbo a La Coruña.
Las dudas en la salida de balón de Danilo Barbosa -aún está verde para asumir tanta responsabilidad- y la falta de verticalidad arriba dejó al Valencia a merced de un Deportivo con carácter, atrevido y con recursos. Avisó Luis Alberto y reforzó Sidnei la idea de dominio gallego. Faltaba hacer efectiva esa superioridad y de ello se encargó Lucas Pérez, el jugador más desequilibrante de este Deportivo.
El mediapunta le robó la cartera a Vezo en banda izquierda y se fue directo hacia portería. Soltó un latigazo que sacudió la portería de Ryan y silenció Mestalla. Justo y necesario para un Deportivo que debía prolongar su actuación si quería salir con una sonrisa de Valencia.
Feghouli lidera el cambio
Sin embargo, el equipo de Nuno encontró respuesta en el momento más oportuno en una acción aislada. A la salida de un córner, peinó Santi Mina y apareció Negredo en el segundo palo para hacer borrón y cuenta nueva. Eso mismo se propuso Nuno tras el descanso. Dio entrada a Parejo y Feghouli y el Valencia volvió a parecerse al Valencia. La entrada del argelino espoleó a su equipo, que comenzó a acumular ocasiones y cargar de trabajo a Lux, eficaz y seguro ante las constantes llegadas del equipo ché.
Sin embargo, el equipo de Nuno encontró respuesta en el momento más oportuno en una acción aislada. A la salida de un córner, peinó Santi Mina y apareció Negredo en el segundo palo para hacer borrón y cuenta nueva. Eso mismo se propuso Nuno tras el descanso. Dio entrada a Parejo y Feghouli y el Valencia volvió a parecerse al Valencia. La entrada del argelino espoleó a su equipo, que comenzó a acumular ocasiones y cargar de trabajo a Lux, eficaz y seguro ante las constantes llegadas del equipo ché.
A quince minutos del final el partido requería una solución agresiva pero Nuno la suavizó con un cambio de delantero por delantero. La entrada de Alcácer por Negredo desató la ira de Mestalla, que silbó la decisión de su técnico. Barragán se sumó al nerviosismo general y el Valencia acabó con diez y dando por bueno un empate que el Deportivo mereció con claridad. La misma con la que se suele ver a un equipo Champions arrastrando los excesos de los partidos entre semana. Esos con los que tendrá que convivir el Valencia esta temporada.