A pesar de que la afición londinense ha perido a gritos la vuelta del portugués, los resultados recientes del Chelsea presagian un reencuentro impredecible. Si, como se lleva especulando en el último mes, José Mourinho decide regresar al banquillo 'blue', el todavía entrenador del Real Madrid tendrá que subir el listón que queda establecido en ser campeón de Champions y Europa Leagueen dos años.
A pesar de afrontar gran parte de la temporada con un entrenador interino -así lo presentaba el propio Chelsea- como es el españolRafa Benítez, el conjunto londinense se proclamó campeón de Europa League al vencer al Benfica con un gol de Ivanovic en el último suspiro. Esta circunstancia deja, a falta de que se dispute la final de Champions League 2012-2013 que enfrentará a Bayern de Múnich y Borussia Dortmund, al conjunto 'blue' como vigente campeón de las dos competiciones europeas de fútbol, algo que lejos de ser una anécdota sí sirve para valorar el papel de un conjunto cuyo juego nunca le hizo figurar entre los favoritos pero sí permitió que, una vez llegado el momento, la balanza se decantara por el bando inglés.
Ocurrió la pasada temporada ante el Bayern y volvió a ocurrir ante el Benfica -los portugueses crearon más juego y oportunidades- dando como resultado esta circunstancia una extraña situación en el seno del club londinense, donde los aficionados aclaman la llegada de José Mourinho como una especie de salvador a la vez que no parecen cansarse de celebrar unos títulos que no están a la altura de cualquiera.
Aunque no hay nada confirmado ni lo habrá hasta pasada la final de Copa del Rey, son muchas ya las señales que sitúan a José Mourinho en el banquillo del Chelsea en la próxima temporada. "Creo que todo el mundo sabe quién estará aquí", decía Rafa Benítez, actual inquilino de un banquillo en el que ni siquiera un título le servirá para tener la continuidad. El técnico español, sin embargo, se marchará con la tranquilidad de haber forjado a un equipo campeón habiendo llegado a mitad de temporada, cuando la relación del Chelsea con Roberto Di Matteo no tuvo más aguante a pesar de que la grada londinense mantuvo el aprecio a su entrenador hasta después de confirmarse su salida.
La temporada todavía no está terminada para el Chelsea. El equipo de Mata, Torres, Azpilicueta o el propio Rafa Benítez todavía tiene que cerrar un último compromiso que ponga el broche final con la clasificación directa para Champions League. En la pugna tendrá a otros tres equipos de la Premier, si bien es cierto que una Europa League y la recuperación del mejor Torres junto con unos buenos números a final de temporada -38 victorias, 14 empates y 16 derrotas es el balance total del año en el Chelsea- dejan un gran sabor de boca y una incógnita abierta para la afición londinense.
En Stamford Bridge han anhelado durante casi un año por la vuelta de José Mourinho a su banquillo. En las manos del portugués, que se encontrará con un equipo campeón con mucho futuro por delante -Courtois si regresa del Atlético, Hazard o Mata son solo un ejemplo-, estará el que la afición del Chelsea decida o no arrepentirse de sus deseos. En este caso, al contrario que con el Real Madrid, convertir a un equipo en cabeza de serie o alcanzar tres semifinales quizás no sea suficiente.
¿Un reencuentro en igualdad?
Si José Mourinho acaba entrenando al Chelsea se podría dar la circunstancia de que si el Bayern de Múnich se proclama campeón de Champions League el reencuentro entre el luso y Pep Guardiola se produzca en esa hipotética final de Supercopa de Europa entre ingleses y alemanes al ser el exentrenador del Barça el próximo inquilino del banquillo del Bayern. En caso de ser así, ambos entrenadores abrirían la temporada jugándose un título en un equipo nuevo del que se harán con las riendas estando estos en su correspondiente cima. Un riesgo que, en cualquier caso, ambos entrenadores parecen dispuestos a asumir.