El Bayern de Múnich de Pep Guardiola se hizo con la Supercopa de Europa en la tanda de penaltis que forzó Javi Martínez en el último minuto de la prórroga de un encuentro que mantuvo el dominio bávaro como tónica general pero que a punto estuvo de decantarse del lado de José Mourinho en el reencuentro de ambos entrenadores desde que salieran de Barcelona y Madrid respectivamente.
Sin haber sido responsable de ello -Bayern y Chelsea ganaron los títulos que dan acceso a jugar la Supercopa con Jupp Heynckes y Rafa Benítez en sus banquillos respectivamente- Pep Guardiolay José Mourinho se volvían a ver las caras esta vez en un escenario totalmente distinto para ambos. Los dos entrenadores, con sus , tenían la necesidad de plasmar la superioridad de uno sobre el otro aunque solo fuera por lo que suponía este título que aunque no de tanta entidad sí servía para alimentar la galería -y el ego- mediática de dos entrenadores forzados a no entenderse desde sus enfrentamientos por Barcelona y Real Madrid.
Como actores secundarios de la obra, por muy extraño que pueda parecer, empezaron los 22 futbolistas dispuestos sobre el terreno de juego -solo un español, Fernando Torres, fue titular-. Quizá por ser conscientes de no ser los portadores de la presión por esta vez, tanto los futbolistas del Bayern como los de Chelsea empezaron a desplegar pronto sus armas. El equipo de Guardiola lo intentaba al toque, preferiblemente por la izquierda, mientras los londinenses medían tiempos antes de dar el primer golpe sobre la mesa apenas pasados siete minutos de partido. Lo dio precisamente Torres, que culminando una jugada tan vertical como letal, empalmó de primeras el centro de Schürrle para marcar el primer gol con una demostración del potencial que todavía guarda en sus botas el futbolista español.
La jugada del primer tanto había dejado en evidencia las carencias defensivas del Bayern, que retrocedió para defender la salida de Hazard en esa acción como nunca haría un equipo con el sello de Guardiola. Repentinamente, eso sí, comenzó a verse el sello del entrenador catalán en las jugadas de ataque. Ribery abría el campo constantemente para recibir de Robben los balones que siempre llegaban lamiendo el húmedo césped, siendo el el principal protagonista de cada acción bávara. El Chelsea, en cualquier caso, seguía cómodo en su papel y hacia notar en cada una de las salidas la tensa mandíbula de Mourinho mordiendo en cada una de las acciones a la contra.
El paso de los minutos fue pasando páginas en el guion que tenía escrito en un partido que a punto estuvo de dar un salto en la trama con un disparo de Ribery (min. 21) que se fue abriendo hasta encontrarse con la espectacular estirada de Cech. Fue la acción más clara del Bayern en la primera mitad, que se consumía mientras los ataques alemanes buscaban la banda derecha con Müller después de la poca efectividad de los ataques volcados por el lado contrario. Los de Mourinho, como fue tónica habitual en todos sus equipos, esperaron el final de la primera parte con pausa, sólidos y cómodos con un resultado que dejaba patente que el Chelsea ha adquirido los conceptos defensivos del luso a un ritmo desenfrenado.
Un disparo certero
Lo que no le había llegado a Ribery en el primer asalto acabó apareciendo justo tras la reanudación. El francés, protagonista indiscutible del partido, puso el empate nada más salir de vestuarios con un zapatazo desde la frontal que nadie había visto venir y fue el autor del inicio de la fase de dominio absoluto del Bayern sobre el Chelsea. Y es que desde ese momento el carrusel siguió dando vueltas siempre por la portería de Cech, tanto por la izquierda como por la derecha entraba el equipo de Guardiola, más seguro de sí mismo después de que le hubiera dedicado el gol como indicándole quién debía ganar este duelo en los banquillos.
El dominio bávaro se frenó precisamente por un error propio de Dante, que metió en problemas a su propio portero resbalándose en posició defensiva habilitando a Óscar para que disparara. Neuer salvó pero el Chelsea se vino arriba y obligó de nuevo a intervenir al guardameta hasta en dos ocasiones más -de Ivanovic y David Luiz- en el intento del equipo de Mourinho por encontrar el oásis en su pequeño desierto.
Expulsión en el protocolo
Como ya venía siendo habitual en sus enfrentamientos, Mourinho volvió ver cómo expulsaban a uno de sus jugadores ante un equipo de Guardiola. Ramires, eso sí, se había ganado la roja (doble amarilla en el minuto 85) a conciencia al haber arrollado a Gotze impactando sus tacos en la espinilla del futbolista rival. Sin mucho más que ofrecer en la recta final, el árbitro no tuvo más remedio que dar acceso al tiempo extra.
Tiempo extra que se abrió con una de esas paradojas que tiene el fútbol. Hazard, zafándose de hasta tres defensores timoratos, adelantó al Chelsea confirmando que no hay puesta en escena menos legítima en el deporte rey si los resultados acompañan. El Bayern no tuvo ya más remedio que irse a por todas jugando con la superioridad numérica, que no fue sinónimo de efectividad en cada uno de los ataques de los de Guardiola ante un Chelsea que renunciaba a conciencia al ataque y que encontró en las manos de Cech la mejor forma de agarrarse al título al evitar el guardameta los intentos de Mandzukic, Gotze, Shakiri, Gotze y finalmente Ribery de falta directa en la segunda mitad de la prórroga.
El Bayern no había dicho la última palabra a pesar de todo y Javi Martínez, volcado en área rival, puso el empate que daba acceso a los penaltis. La tanda, igualada hasta el último disparo, se decidió con el fallo final de Lukaku, que falló y dejó la Supercopa de Europa en manos de Pep Guardiola, que coloca este trofeo en las vitrinas del Bayern por primera vez en la historia del club.
LA FICHA DEL PARTIDO:
2 - Bayern de Múnich: Neuer; Rafinha (Martinez, m. 56), Boateng, Dante, Alaba; Lahm; Robben (Shaqiri, m. 96), Müller (Götze, m. 71), Kroos, Ribery; Mandzukic.
2 - Chelsea: Cech; Ivanovic, Cahill, David Luiz, Cole; Ramires, Lampard; Schürrle (Mikel, m. 87), Oscar, Hazard; Torres (Lukaku, m. 98).
Goles: 0-1, m. 8: Torres. 1-1, m. 47: Ribery. 1-2, m. 93: Hazard. 2-2, m. 121: Javi Martínez.
Tanda de penaltis: 1-0: Alaba. 1-1: David Luiz. 2-1: Kroos. 2-2: Oscar. 3-2: Lahm. 3-3: Lampard. 4-3: Ribery. 4-4: Cole. 5-4: Shaqiri. 5-4: Lukaku, detiene Neuer.
Árbitro: Jonas Eriksson (Suecia). Amonestó a Ribery (22) y a Boateng (83) por parte del Bayern; a Cahill (40), Ramires (64), David Luiz (65), Torres (90), Lukaku (98), Cole (116), e Ivanovic (119) por el lado del Chelsea. Expulsó a Ramires por doble amarilla (85).
Incidencias: Partido de la Supercopa de Europa, disputado en el estadio Eden Arena de Praga ante 17.686 espectadores