El Clásico en el que los blancos cayeron contra el Barça dejó patente la escasa participación de los organizadores del Real Madrid en choques de entidad, un déficit que Carlo Ancelotti, entrenador madridista, ha de solucionar si no quiere tener que volver a enfrentarse en los choques decisivos que todavía restan en la temporada.
Apabullante. Así podría definirse el dominio que el Barcelona ejerció sobre la zona medular delReal Madrid en el último Clásico de Liga que dejó todavía más apretada la pelea por el título alhaber evitado los azulgrana una derrota que les habría condenado al ostracismo en el campeonato casero. En un encuentro que resultó atípico por el alto ritmo y la gran cantidad de oportunidades claras de gol de las que dispusieron ambos contrincantes, fueron los culés, por medio de Xavi Hernández, los que ganaron la batalla por marcar los tiempos gracias a la capacidad que demostró el experimentado centrocampista en la distribución del juego. Aunque no fue un choque en el que destacara especialmente, él solo dio más pases que los tres jugadores que configuraban la columna vertebral del Real Madrid juntos. Xavi intentó un total de 106 combinaciones (solo falló cuatro) mientras que Xabi Alonso se quedó en 36, Luka Modric en 35 y Ángel di María en 30. 101 entre los tres.
La lectura de la estadística deja patente que si hubo una zona del campo en la que el Real Madrid entregó el Clásico del Santiago Bernabéu esa fue la del centro del campo. Los blancos no se encontraron cómodos, no encontraron las combinaciones y volvieron a caer en un duelo directo contra un equipo grande, sumando así una tercera derrota de la temporada liguera tras haber caído en dos ocasiones contra el Barça y en una contra el Atlético. Solo un punto de doce posibles han logrado los madridistas en los cuatro enfrentamientos contra los dos rivales que pelean con ellos por hacerse con el título de Liga.
Aunque las estadísticas no resultaron tan escandalosas -lógico, pues el Barcelona es el equipo que más cuida el esférico y ante el que es más difícil controlar la posesión-, en el choque contra el Atlético de Madrid en el que los madridistas empataron a dos tantos los mismos centrocampistas blancos cosecharon cifras de pases inferiores a la media que tienen establecida en esta Liga. Si la de Xabi Alonso es de 66 pases por partido ese día se quedó 61, mientras que Di María bajó a los 40 desde los 42,2 que acumula de promedio. Luka Modric, eso sí, mejoró ligeramente (de 58,6 a 61) sus datos en un momento en el que pasaba por un estado de gracia, aunque su aportación no sirviera para frenar a un Atlético de Madrid que supo hacerse fuerte otra vez contra su máximo rival.
Del apagón individual al colectivo
Anteriormente a ese partido la última cita en la que el Madrid no había salido victorioso databa del choque contra el Atlhletic Club en San Mamés. Ese choque acabó con empate a uno y con una circunstancia curiosa, ya que esta vez Luka Modric era el que se quedaba muy por debajo de su media con solo 33 pases haciendo así inútiles los equilibrados números de sus escuderos Xabi Alonso (65) y Ángel di María (47). Una sola bombilla fundida, quizás una de las más brillantes este año en la plantilla de 'Carletto', provocaba que ante un rival de entidad el Madrid no brillara cayendo en un escenario de prestigio.
Echando la vista atrás hasta principios de temporada, cuando el Real Madrid no podía contar con un lesionado Xabi Alonso, tampoco la medular arrojaba esperanzas en un conjunto blanco que se diluía ante Atlético y Barcelona en la primera vuelta. Contra los rojiblancos fueron Khedira, Asier Illarramendi e Isco los elegidos para ocupar la zona central teniendo que ser el segundo sustituido ante un fracaso de la apuesta táctica que posteriormente tuvo consecuencias al variar el entrenador madridista el esquema dejando a Isco como actor secundario en el tramo actual de la temporada. Mención al margen merece el choque contra el Barça, pues este fue el choque en el que Ancelotti falló de forma más clara en todo este año al situar a Sergio Ramos en el centro del campo viéndose obligado a corregir la estrategia al descanso consciente del dominio que los azulgrana habían impuesto ante un Madrid perdido con el zaguero fuera de su sitio.
Aunque es evidente que este Real Madrid, que sigue aspirando a todo en esta temporada, ha funcionado perfectamente ante rivales de menor entidad -dicen que contra estos se ganan las Ligas- también es cierto que la conjunción entre líneas se ha visto rota en la medular ante equipos de una mayor entidad. No les pueden venir grandes estos partidos a jugadores de la talla de Xabi Alonso o Modric, pero nadie dijo que la transición desde el estilo rocoso de Mourinho a la vistosidad que busca Ancelotti fuera a ser fácil.
