El Barça se veía obligado a sumar los tres puntos en casa ante el Granada después de las victorias de Real Madrid y Atlético en la tarde del sábado. Los culés partían como claros favoritos, pero el equipo de Alcaraz puso las cosas muy difíciles a los de Luis Enrique.
El técnico asturiano apostó por un centro del campo inaudito con Rakitic, Denis Suárez y Rafinha, y al conjunto azulgrana le faltó fluidez en la primera mitad. Con un Granada bien cerrado atrás, solo algún chispazo de Messi o las llegadas de Sergi Roberto creaban peligro. Sin demasiadas ocasiones, se llegó al descanso entre el murmullo de los aficionados que acudieron al Camp Nou.
El primer tanto del encuentro llegaría nada más arrancar la segunda mitad. En una jugada embarullada acabaría siendo Rafinha el que remataría de chilena para batir a Guillermo Ochoa, inaugurando así el luminoso.
Poco más pasó después del tanto del brasileño. Luis Suárez tuvo un par de ocasiones pero no pudo aprovecharlas. En los últimos minutos entró Paco Alcácer por el uruguayo, pero el marcador ya no se movería del 1-0.