El Betis ha rescatado tres puntos de El Sadar cuando muchos se conformaban con el reparto de puntos. El disparo lejano y seco de Felipe Gutiérrez deja a los rojillos en una posición delicada en LaLiga Santander y a los de Heliópolis con algo más de oxígeno, necesario tras el último varapalo en casa con el Real Madrid.
La baja de Rubén Castro era la primera sorpresa que ofrecía un encuentro que, por lo demás, arrancaba con los argumentos que se presuponía. Osasuna salía con cinco futbolistas en la defensa, pero con llegada en las bandas merced al despliegue de los laterales, como viene siendo habitual en el esquema de Enrique Martín; mientras que el Betis optaba por poblar la medular, tratando de incomodar la creación rojilla.
En un partido cargado de necesidades para sendos conjuntos, los béticos fueron los primeros en golpear, de la forma que más daño hace, con un balón en profundidad que demostraba la fragilidad de los centrales y las dudas del guardameta Nauzet, cuya dubitativa salida permitía a Joaquín llegar con ventaja al pase de Petros y cambiar la dirección con un talentoso golpeo con el exterior de su bota.
Un cabezazo de Oriol Riera salvado por Felipe Gutiérrez sobre la línea a la media hora de juego y un zurdazo posterior de Sergio León fueron las respuestas ofensivas de los navarros a esta derrota parcial que era equilibrada tras el descanso, con otro arranque feroz de los locales, y que en esta ocasión sí hacían diana a través del remate de Roberto Torres, recogiendo un balón al palo de Berenguer, tremendamente activo por el costado.
Joaquín fue de nuevo protagonista del choque al tener otro mano a mano ante el cancerbero osasunista, sin la suerte de la primera mitad, marchándose el chut final al lateral de la red. Esta oportunidad marcó el despertar tardío de los verdiblancos que, aprovechando la expulsión de Riviere, daban el empujón final con la victoria como premio, a través del disparo lejano de libre directo de Felipe Gutiérrez, sorprendiendo a Nauzet y a la afición pamplonesa.
