El Arsenal logró rescatar tres puntos mágicos de Bulgariagracias fundamentalmente a la inspiración de Özil, asistente en un gol y autor de otro durante la noche. El Ludogorets, crecido, aprovechó el desconcierto visitante para llegar a ponerse 2-0 en el marcador gracias a los tantos de Cafu en el 12 y Keseru en el 15.
La reacción gunner tardó en llegar pero existió: primero, Xhaka empujaría a la red una asistencia de Özil que el conjunto local reclamó ilegal por suponer que el balón había rebasado la línea de fondo. Y justo antes del descanso, Giroud pondría el 2-2 finiquitando una jugada de Ramsey.
Ya en la segunda mitad, con el Ludogorets entregado, Özil recibió un pase largo, elevó la pelota por encima del meta local, fintó a dos defensas y marcó a placer, cometiendo una genialidad de tres puntos que devolvió la respiración a los de Wenger.