El que ganara se podía colocar en segundo puesto de la Premier pero Everton y Tottenham empataron a cero y no entran ni siquiera en zona de Champions. En un partido sin apenas ocasiones, la acción más destacado fue un choque entre Lloris y Lukaku que dejó al portero conmocionado. Finalmente el francés pudo continuar pero el partido tuvo nueve minutos de descuento.
Everton y Tottenham tenían la opción de colocarse en el segundo puesto de la Premier siempre y cuando ganaran. Pero en un partido en el que ninguno demostró su buen hacer hasta ahora en la temporada, ‘Toffees’ y ‘Spurs’ se llevan un punto cada uno que los mantiene fuera de la zona de Champions.
El Tottenham salió con muchas ganas y eso le hizo dominar el encuentro en el primer tramo del choque. En los varios disparos a puerta que tuvo, Howard mantuvo firme a su equipo y tapó con seguridad los tiros de Sandro, Holtby o Townsend. El Everton mientras no conseguía trenzar jugadas y eso provocó que no tuviera su primer acercamiento peligroso hasta prácticamente el minuto 30. Con los ‘Toffees’ ya enchufados el encuentro se igualó y pese al buen ritmo que tenían el partido, las ocasiones escasearon en el último tramo de primera mitad.
Protagonista Lloris
En la segunda mitad, Roberto Martínez entrada a Ross Barkley y Deulofeu pero las sustituciones apenas cambiaron el devenir del partido. Pocos disparos, la mayoría sin peligro alguno, y las estrellas de ambos equipos desaparecidos en combate. El susto del partido se vivió con Hugo Lloris, que recibió un terrible golpe en la cabeza tras un rodillazo, en principio involuntario, de Lukaku que lo dejó conmocionado varios minutos. Friedel estaba preparado para salir pero el francés continuó finalmente en el campo.
Deulofeu realizó una preciosa acción que pudo ser el primer gol, pero Lloris demostró que estaba bien de reflejos y tapó su centro-chut. El partido se alargó nueve minutos al tiempo reglamentario por el incidente de Lloris. Pero visto lo que había pasado hasta entonces en Goodison Park, el descuento no tuvo ninguna acción realmente de peligro. Un broche triste, pero esperado tal y como se desarrolló el choque.