Cristiano Ronaldo fue uno de los principales protagonistas del Athletic de Bilbao-Real Madrid pero no por lo más habitual en él, sus goles, sino por las diferentes broncas en las que se vio involucrado. Primero, con varios compañeros suyos del Madrid y, en el minuto 75, con Gurpegui, por supuesta agresión por la que fue expulsado.
No lució el mejor humor Cristiano Ronaldo en San Mamés. Y sin haber un motivo aparente existió en un momento muy concreto del partido que actuó como detonante. En el minuto 29 de partido su compañero y compatriota, el central Pepe, recriminó al delantero que no bajara a defender tras una contra del Athletic Club. No fue una acción puntual. Pepe quiso reprocharle su poca intensidad defensiva.
Al poco, el portugués volvió a cruzar un acalorado intercambio de palabras con Ramos, que vino a recriminarle lo mismo que Pepe. Visiblemente fuera de sí, Cristiano acabó discutiendo con Xabi Alonso tras un balón divido al que el medio tolosarra no había llegado.
Incluso, Cristiano recriminó a sus compañeros que aún quedaban dos minutos en el centro del campo para pedir más intensidad en el juego de su equipo.
La roja
Cristiano protestó una posible mano del Athletic a los 75 minutos y Gurpegui, a su lado, se encaró con él. El luso le dio un leve manotazo que el árbitro, en cambio, consideró como roja directa. Ayza Gámez no lo dudó, pero las distintas repeticiones de la acción restan contundencia realmente a la acción del portugués.
Cristiano Ronaldo, pese a la roja, podrá jugar en la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid este miércoles (20:00) en el Santiago Bernabéu, pues la sanción (de cumplirla si no prospera el recurso del Madrid) sería ante el Villarreal este próximo sábado (20:00). La norma ha cambiado y ya no acumula para el siguiente partido una roja si no conlleva una sanción de cuatro partidos o más, lo que no se dará en este caso pues el portugués roza en realidad a Gurpegui, quien quizás exagera.
El portugués se marchó a los vestuarios llevándose repetidamente la mano a la cara, gesto que el colegiado Ayza Gámez acabó recogiendo en el acta.