El Real Madrid se complica la vida tras comenzar ganando en Varsovia por 0-2 con goles de Bale y Benzema y desaprovecha la ocasión para cerrar su pase a octavos de final de la Champions League. Los polacos igualaron el 0-2 tras el descanso y después sorprendieron con el 3-2 en el minuto 83, que neutralizó Kovacic dos minutos después.
Ficha del partido
3 - Legia: Malarz; Bereszynski, Padzan, Rzezniczak, Hlousek; Moulin, Kopczynski, Odjidja Ofoe (Jodlowiec, m.86), Radovic (Prijovic, m.77), Guilherme; y Nikolic (Kucharczyk, m.69).
3 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Nacho, Coentrao (Marco Asensio, m.77); Kroos, Kovacic, Bale, Cristiano Ronaldo; Morata (Mariano, m.85) y Benzema (Lucas Vázquez, m.64).
Goles: 0-1, m.1: Bale. 0-2, m.35: Benzema. 1-2, m.40: Odjidja Ofoe. 2-2, m.58: Radovic. 3-2, m.83: Moulin. 3-3, m.85: Kovacic.
Árbitro: Pavel Kralovec (República Checa).
Incidencias: encuentro correspondiente a la cuarta jornada de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Wojska Polskiego a puerta cerrada.
Personajes:
Gareth Bale: El mejor del Real Madrid en Varsovia. Comenzó marcando un golazo que será difícil de olvidar por su belleza y por su parecido técnico con la volea de la novena de Zidane. Y prosiguió muy activo durante todo el partido en ataque.
Álvaro Morata: Se estaba ganando la titularidad con sus goles y Zidane se la concedió pero compartiendo ataque con el tridente, lo que le obligaba a arrancar volcado a la izquierda y tener que trabajar más en defensa. No brilló especialmente y tampoco estuvo acertado en las pocas que tuvo.
Zinedine Zidane: Su planteamiento inicial parecía completamente acertado pero el transcurso del partido se le volvió en contra y por mucho que intentó rectificar no pudo hacer nada por cambiar el alma de un equipo roto.
Nudo:
Aprovechando la visita del Madrid a Varsovia un seguidor polaco visitó la expedición blanca para conocer a su ídolo, Cristiano Ronaldo, quien le ‘hizo’ despertar del coma que sufría con uno de sus goles. La familia del joven le ponía las narraciones de los tantos del luso, y se obró el milagro.
La historia es muy extraña. Pero es. Como extraño fue el partido que se jugó en el estadio del Ejército Polaco. Porque lo fue. Comenzaba con la peculiaridad de que se debía jugar a puerta cerrada, menos para los VIPS, que siempre tienen entrad. Continuaba con la alineación ultraofensiva de Zidane, premiando a Morata sin tocar a la BBC. Y seguía con el desarrollo de un encuentro que a ratos tenía el ritmo de un entrenamiento, y a ratos exigía la seriedad de se unas semifinales de Champions.
Parecía que había demasiados atacantes en el Madrid, pero viendo el golazo de Bale en el primer minuto alguno pensaría que hasta se iban a quedar cortos para repartirse los goles. No perdió nunca el conjunto blanco el dominio global hasta el 2-2 pero tampoco tuvo concentración absoluta.
Así fue como acabó con la ventaja que había adquirido con los tantos de Bale y de Benzema. Dos jugadas aisladas en las que a nadie le apetecía defender fueron aprovechadas por el Legia para amargarle la noche a los blancos. El guión marcaba que el Madrid consiguiese el gol de la victoria en cualquiera de sus muchas llegadas pero sucedió justo lo contrario. Nuevo puñetazo en la mesa de los polacos a la contra. Las individualidades no dejaban funcionar a un sistema que directamente no existía.
La derrota estaba muy cerca pero sólo tardó en llegar dos minutos el empate, un auténtico alivio para un equipo completamente roto y desorganizado que casi debía dar por bueno el empate visto lo visto. Pero como el partido había empezado de una forma rara, así debía de terminar también. En el arreón final la victoria estuvo muy cerca con un remate al larguero en la última jugada que habría clasificado al Madrid pero no hubiera borrado una de las peores imágens del club en toda la temporada.
